lunes, 31 de octubre de 2011

El placer de atar

Pensar, imaginar, degustar y decidir que clase de bondage vas ha realizar.

Tener un cuerpo que deseas, expectante y nervioso, desnudo para  Ti.

Oler las cuerdas largamente guardadas.

Vendar los ojos reduciendo su realidad a Tus Manos.

Acariciar un cuerpo de igual manera con tus manos y tus cuerdas.

Trenzar cuerdas creando formas… bellas, sinuosas, lascivas, secretas.

Sentir como un cuerpo se eriza al hacerse tuyo a través de la inmovilización.

Llegar hasta un coño y encontrarlo completamente húmedo de la mera sensación que le provocan tus cuerdas.

Anudar ese coño mojado, abierto y apretado por tus cuerdas.

Terminar el último nudo cerrando los dibujos creados sobre la piel desnuda.

Inmovilizar completamente un cuerpo.

Atar a un mujer que ni siquiera se siente sumisa.

Saber que puedes hacer con ese cuerpo lo que desearas.

Azotar un cuerpo inmovilizado y expuesto.

Follar un cuerpo atado, inmovilizado.

Sentir sobre tu piel como le aprietan tus cuerdas.

Correr a una mujer mientras está atada.



O...   ¿Ya sabías porqué disfruto tanto atando?

lunes, 17 de octubre de 2011

Fantasias de Syl (I)

La oscuridad absoluta de la habitación únicamente era interrumpida por la vacilante luz azulada de la noche que filtrada por algún resquicio de la cortina llegaba a formar figuras en los escasos elementos decorativos. Estaba agotada, los días caían pesados sobre sus hombros, el reciente insomnio que padecía no le permitía descansar lo suficiente. Siempre extrañaba su cama cuando dormía fuera de su casa, sin embargo aquella cama era cómoda acorde con el alto precio que había pagado por la habitación. Había elegido el hotel concienzudamente, cerca del centro de la cuidad en un barrio tranquilo, clásico, cuidado y con pocas habitaciones.
Tumbada el cuerpo le pesaba el doble, las sábanas se notaban recién puestas y bien estiradas, la sensación al meterse entre ellas era muy agradable, los ojos se le cerraban... Distintos pensamientos inconexos se iban solapando en su mente mientras ésta se apagaba volviendo el tiempo lento... y no fue consciente que ya se había quedado dormida.

Dormía tan profundamente que las primeras caricias se mezclaban con el sueño, la respiración regular del descanso comenzaba a tornarse entrecortada,  aún no había logrado abrir los ojos y esas manos anónimas se deslizaban sibilinas apretando ciertos lugares agitándole el cuerpo mientras su consciencia luchaba por despertar. Un dolor fino y agradable en sus pechos la sacó finalmente del mundo de los sueños, hacia pocas horas que dormía y en ese momento se encontraba totalmente desubicada, no lograba situarse dónde estaba pero antes de reconocer el lugar notó esa presencia detrás de ella. Seguí tumbada de medio lado y un cuerpo probablemente de hombre estaba recostado a su espalda, intentó girarse de manera instintiva sin embargo en ese momento la sujetaron fuerte desde atrás para que no pudiera hacerlo, volvió a intentarlo de manera más brusca pero cada vez la tenían mas fijada en la cama. Su mente trabajaba sufridamente por entender la situación, el miedo empezaba a tomar protagonismo, ya no sólo la sujetaban sino la tocaban a la vez, sólo logró chillar una vez mientras tenía la boca abierta un pañuelo metido con violencia ahogó cualquier futuro ruido.

Las manos eran grandes y fuertes, al forcejear por salir de la cama una de ellas la agarro por ambas muñecas retorciendolas reduciendo la mayoría de sus movimientos, la otra mano recorría su espalda hasta encontrar el borde de la camiseta que llevaba puesta. Se la subieron sin delicadeza. La mano llegó hasta sus pechos, los apretó con intensidad y lascivia bajando después para encontrar sus braguitas.  Forzaron por bajarlas encontra de las pataletas incotroladas que lo evitaban, sintió como le apretaban uno de sus muslos abriéndole sin remisión las piernas. Comenzaron apretándole el coño sobre las braguitas, al principio la sensación era difícil de asimilar sin embargo lentamente al sentir su coño completamente apretado unido a los movimientos que retorcían tanto su vagina como su clitorix se fue convirtiendo en una sensacion intensa y hassta agradable. Repuesta del primer shock reaccionó agitándose violentamente e intentaba separar sus muñecas para librarse de la mano que la sujetaban pero ese hombre era mucho mas fuerte que ella y cuanto más se movía sólo conseguía que aquellos dedos se clavaran más fuerte en su coño.  Entre sus intentos por chillar por encima del pañuelo que la ahogaba se escapaban algunos gemidos cortados, a la vez que su respitacion entrecortada se hacia más profunda. Al notar que su coño respondía a las caricias violentas apretaba las piernas para evitar que aquel hombre se diera cuenta de ello, sin embargo la humedad traspasaba levemente el tejido de sus braguitas, al palparlo agarraron uno de los hilos que componía su ropa interior y tiraron fuertemente de él. Los labios de su coño se abrieron sin compasión clavándose entre ellos las bragas que acausa de los tirones se habían convertido en una delgada línea que oprimía por completo su raja, del clítorix al agujero. Tenía el coño tan apretado que su fluidos se deslizaban en gotas hacia sus muslos en el momento que el hilo que sujetaba sus bragas cedió y se las arrancaron. Con un gemido de dolor, miedo y placer, que le hizo abrir completamente los ojos, su coño estaba desnudo, mojado y expuesto

Tenia la mente colapsada superada por una situación que no lograba asimilar, las sensaciones eran contradictorias y el cuerpo que estaba a su espalda se pegó al suyo,  el pecho del hombre se estrechó en su espalda y por primera vez pudo sentirlo con claridad. Le estaba separando las piernas mientras con la polla buscaba su sexo sin embargo ella por un instante se centró en aquel cuerpo que la estaba tomando. Era fuerte y grande, bastante más alto que ella, sus brazos definidos eran la contrapartida de un conato de barriga proveniente pero no desmesurada, intentó hacerse una imagen mental de su agresor, haciendo memoria con las personas que se había cruzado por los pasillos del hotel. Esos pensamientos se cortaron en el momento en la polla de aquel hombre la folló. La polla entró de una vez en su coño, era ancha y la folló entera, llegando a la pared final de su vagina a pesar de la resistencia. Fue una follada placentera, seguida de otras aún más violentas, todas entraban y salían enteras de su coño. Chillaba constantemente aunque no era consciente por qué lo hacía.
Placer, dolor.
Gusto, asco.
Violencia, caricias.
Un tirón de pelo la hizo encorvarse para que la polla entrara aún más y cuando la tenía completamente empalada no volvió a sacarla sino que los movimientos se hicieron circulares abriendo más su raja, su agujero. Sin saber porqué se relajó, dejando su cuerpo a la posesión forzada que estaba sufriendo. Disfrutando. El hombre se dio cuenta de que por fin se dejaba llevar y soltó sus muñecas, utilizando sus enormes manos para recorrer su cuerpo. Masajear sus pechos, pellizcando sus pezones erizados. Llegar hasta su coño para agarrarlo fuerte y facilitarse las folladas. Pajearla con dos dedos el clítorix.

Levantó levemente las caderas echándolas hacia atrás facilitándole las embestidas que cada vez eran más fuertes. El hombre aumentaba el ritmo de las folladas y la comodidad que ella le regalaba hacia la sensación de placer fuera más intensa para él. Perdida toda consciencia sobre la situación llevó sus manos hacia atrás acariciando el cuerpo del hombre primero de manera sigilosa, contorneándole la piel suavemente, llegando hasta sus nalgas, para acabar clavando sus dedos en ellas cuando el morbo venció sus últimos resquicios de cordura.

La corrió antes de eyacular dentro de su coño. Las paredes de su vagina se cerraron brutalmente entorno a la gruesa polla que la follaba y se fue cerrando más paulativamente hasta que el orgasmo concluyó. Con el coño relajado por la corrida pudo sentir con toda claridad y consciencia como la polla del desconocido se inflamaba y se contraía justo antes de eyacular. Corriéndose dentro de su coño haciendo que su vagina se llenara de calor y semen.