Perversión

Hoy no quiero follar a una mujer, hoy quiero usar a una perra.  Una puta obediente sin remilgos, que gima con cada golpe en sus nalgas y desee que el siguente sea más fuerte, más placentero. Con un coño completamente rasurado, abierto y mojado, tan caliente que sus fluidos resbalen hasta los muslos, que sea capaz de aguantar mis dedos jugando con él sin correrse hasta que se le ordene, rabiando como una zorra que no se puede contener. Que se abra lo sufiente para que entren mis cinco dedos y lo follen sin comtemplaciones ni mimos.

Hoy estoy caliente, perverso, vicioso y cabrón. No quiero metáforas ni susurros, sólo el sonido de los golpes que pongan mi polla dura. Golpear fuerte con mi mano abierta alternando ambas nalgas, sentir el dolor de la perra en la palma de mi mano y el color. El color que toma la piel cuando se la lleva al extremo, golpe a golpe. Gemidos y quejidos en los que no distinga el placer y el dolor porque ambos son uno. Apretar mis dientes del vicio. Mirar a una puta usada a cuatro patas. No quiero ni mayúsculas ni protocolo, sólo sexo, dolor, rabia, corridas, perversión.

Hoy correría tanto a la perra que acabaría suplicando que parara. Me deleitaría con su cara desecanjada del placer, con unos ojos llenos de sexo. Degustado cada cm de su cuerpo atado a mi columna con mi latiguillo de cuero. Hacer que mi polla se ponga completamente erecta solo del vicio de azotar. Volar el cuero hasta la espalda y que al golpear todo el cuerpo tiemble, teniéndola en todo momento penetrada por un consolador grande que llega hasta el final de su vagina y vibra sin dejar que su coño dolorido deje de correrse.

Hoy follaría los tres agujeros de la perra. Los llenaria de semén, empezando por la boca sin embargo no le dejaría que me la chupara, no quiero eso, quiero follarla. Que de rodillas abra la boca a la altura de mi polla y sea capaz de aguantar su boca completamente llena de mi polla, embestidas que te hacen tragar hasta el fondo. Hacer que lama mis huevos y ordenarle que abra la boca para tenerlos y sentirlos dentro de ella. Mi polla estaría completamente dura, tan grande como puede llegar a ser dentro de su boca y cada vez el sabor sería más intenso porque me correría dentro eyaculando en el inicio de su garganta para que trage, beba y mame. Por fin llegaría al coño de la perra, por supuesto a cuatro patas para poder usarlo con fuerza golpeando sus nalgas al compas de mis embestidas. Oyéndola gritar, quiero que gima, jadee y grite. Tener toda mi polla dentro del coño de una puta que sepa como comportarse conmigo en la cama. Y correrme quiero correrme dentro de un coño así.

Hoy es de esos que nadie me reconocería. Sólo tú, puta.