sábado, 5 de marzo de 2011

Perder el tiempo

Siempre me ha parecido curiosa la dualidad inherente al tiempo. Es a la vez un concepto matemático nacido de una convención humana para ordenar el transcurrir de los acontecimientos físico-naturales y una sensación totalmente subjetiva de un sujeto y sus circunstancias.
El tiempo es inamovible, una hora siempre durará 60 minutos, y un minuto 60 segundos, al igual que un año son 364 días y 170 días los forman 4080 interminables horas. Sin embargo en nuestra cabeza no son iguales todas las horas, algunas poseen 1000 minutos mientras otras escasamente 4. En nuestra mente no son iguales los minutos que disfrutamos sonriendo que los que sufrimos padeciendo, aquí el tiempo se vuelve relativo.

¿Cómo pueden durar lo mismo los 60 minutos de una hora sentado trabajando, que los 60 minutos de una hora agarrado a ti en una cama?

Perder el tiempo. Siempre y todos perdemos el tiempo. Ante la humana incertidumbre de no saber el tiempo que nos resta, perder el tiempo nos crea una sensación de rabia contenida, curioso que muchos de los mejores momentos de mi vida hayan sucedido mientras perdía el tiempo.
Llegó un momento en mi vida en el que descubrí que mi tiempo perdido tenía más valor que el tiempo aprovechado, un valor que residía en la felicidad. No puede existir tiempo más valioso que el que te provoca ser feliz. Caminar sin destino ni rumbo, hablado de nada y sin observar ni siquiera lo que nos rodea, agarrado de tu mano, ejemplo claro de perder el tiempo, de convertirlo en tiempo feliz.

¿Cómo puede durar lo mismo 120 segundos besándote, que 120 segundos besándola?

Nos ansia la idea de lograr objetivos, de llegar a algo. Emplear el tiempo en algo que no nos reporte un objetivo claro igual a perder el tiempo. No, no y mil veces no. He pasado horas tumbado en un sofá simplemente acariciando una mano y unos cabellos, gracias a esas horas tan cortas he vivido la mayor tranquilidad que una persona puede sentir, amar y ser amado en el silencio de una noche eterna, pues en ella el tiempo ni existe.

¿Cómo puede durar lo mismo los 30 días de un mes contigo, que los 30 días de un mes sin ti?

Perder el tiempo. Siempre y todos perdemos el tiempo. El tiempo es perecedero, continuamente perecedero, ahí radica su importancia. Se nos escapa sin avisar y sin darnos cuenta. Sólo tiene una dirección y nunca dará la vuelta, atrapa personas, situaciones, sentimientos y se los lleva para siempre jamás. Sin embargo existe el milagro de la intemporalidad, hay personas que nunca serán arrastradas por mi tiempo, sentimientos imperecederos que están por encima del tiempo. El amor.
Llegó un momento en mi vida en el que todo tiempo era tiempo perdido, pues avanzar de esta manera no era más que pasar el tiempo. Tiempo que se perdía en días que transcurren ajetreados sin una cama o un sofá. Perder el tiempo trabajando, leyendo o follando, sin que nada de estos largos y repletos días tenga el valor de aquellos en los que perdía el tiempo de verdad.

Mi niña, me gusta perder tiempo pero sólo de una manera, a tu lado.
Mi niña, estás segura de la manera que quieres perder el tiempo.

2 comentarios:

  1. Preciosas palabras Eros...y la recepctora de tus palabras no dudes que deseara ganar el tiempo junto a ti...Un sentimiento hermoso el que te une a ella...no lo pierdas...se perderia un gran valor...mucho mayor al tiempo perdido....

    Un abrazo y deseo que seas muy muy feliz amigo!

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  2. Gracias danae, por tus palabras...

    la receptora de las palabras no se que deseara pero tienes razon en lo del sentimiento que me une a ella...

    Un abrazo grande y gracias por seguir a este inconstante absurdo

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